La ñata contra el vidrio

Historias de un bar cualquiera

lunes, 19 de febrero de 2007

El Cura


La clientela de un bar se caracteriza por ser de lo más variada.
Como si fuera una segunda parte del tango "Cambalache", sentados en las mesas conviven figuras y personajes tan distintos entre sí que a veces me quedo mirando el salón y pensando, buscando un punto en común para todos ellos (aparte de la cita cotidiana del café), y la verdad es que no lo encuentro.
Uno de esos personajes es un sacerdote.
Grandote y amable, el cura llega puntual a la hora que comienza el partido.
¿Qué partido?.
Cualquiera, al cura le gusta ver fútbol.
Me atrevería a decir que es hincha de River Plate, por algunas actitudes que le vi un par de veces, pero con esta gente nunca se sabe.
Llega al bar, pide "lo de siempre" (tostadas con mermelada diet y café con leche), y se sienta.
Por ahí lo veo divertirse con los comentarios de los parroquianos sobre tal o cual jugador.
Es raro, porque me da la sensación que dentro de todo lo cuestionables que pueden llegar a ser los curas, éste hombre se salva.
Según los mozos (de los que hablaré pronto), el tipo es bastante "humano", por asi decirlo, a buen entendedor...
Debería explayarme mucho sobre este personaje, calculo que lo haré más adelante.
Carlos Macedo, 3:12

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