La ñata contra el vidrio

Historias de un bar cualquiera

martes, 9 de enero de 2007

Roque y Enrique

Roque y Enrique vendrían siendo socios-fundadores del bar.
Los dos trabajan vendiendo santos, estampitas, virgenes y rosarios la lado de la Catedral Basílica.
Desde que tengo memoria, Roque y Enrique están en sus triciclos de reparto acondicionados, sentados y esperando turistas y peregrinos para ofrecer su mercancía.
Tambien desde que tengo memoria, Roque y Enrique son clientes del bar.
El bar les da abrigo cuando hace mucho frio, les brinda un café caliente para seguir con su tarea, e inclusive les da un momento de esparcimiento, ya que ambos bromean con los mozos y el personal cuando llegan. Enrique más que Roque.
Alguien definió a la Argentina alguna vez como un "crisol de razas".
El bar donde trabajo, en ese caso, sería un "crisol de almas".
Carlos Macedo, 4:31

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