La ñata contra el vidrio

Historias de un bar cualquiera

lunes, 8 de enero de 2007

El Tío

Hombre de pocas - e indescifrables- palabras, de El Tío sé que vivió en Buenos Aires, que fue marino y que le dieron de baja de la fuerza por un problema cardíaco.
Sé que vive solo en una pieza en una pensión inmunda en la zona roja.
Sé que tiene una hija que lo hechó de la casa, que tuvo innumerables mujeres y que una de ellas lo dejó en la vía, por eso se vino a vivir aqui.
El Tío anda siempre impecable: invierno y verano con camisa mangas largas ("las camisas de mangas cortas y las remeras son para los maricones", me dijo), y todas las noches es el mismo pedido: un café con leche con 2 facturas y el diario, que lee y lee y lee durante 2 largas horas.
Hay veces que me doy cuenta que no se quiere ir a la pensión. Se queja -una de las tantas cosas por las que se queja- porque le cierran la puerta y lo tratan mal cuando golpea a la medianoche, es por eso que a una hora prudencial, se levanta, me saluda y se va. Asi hasta el otro día.

Carlos Macedo, 8:55

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